martes, 29 de enero de 2013

Sueños...

Debería tener más conocimiento psicoanalítico sobre el contenido de los sueños, al menos de los míos. Nose si es muy sano soñar contigo. 

Parece ilógico estar escribiendo esto, pero tal vez sea la única manera de que quede sólo en palabras, algo así como abrir la mente y poder desterrar recuerdos someros que quedan del sueño, como temiendo que si quedarán ahí, comenzaran a esparcirse por todo el cuerpo, ramificándose y llegando a cada arteria, a cada vena, recorriendo cada rincón a través de la sangre, alterando el pulso, reviviendo el deseo...

Y tratas de dar explicaciones conscientes a aquello que de realidad y lógica no tiene nada, aquello que te deja con la respiración entrecortada, como reviviendo cada acción, cada palabra, cada gesto que a encerrado el sueño...aquello que se mezcla con la realidad, como dando un impulso para su concreción.

Y parece ilógico haberte soñado tan cerca, tan ahí, como si el tiempo se hubiera detenido, pero no existe el tiempo en el inconsciente, es tan ilógico como el sueño mismo. 

Y llegas a alterar mis sentidos, mis sentimientos, hasta el punto de llegar a creer que es más realidad que sueño, si al menos me quedara con un pedacito de él, si pudiera recordarlo intacto como cuando me desperté, como cuando lo viví...

Y será que escribo para revivirlo en lugar de hacerlo para sacarlo definitivamente. Tal vez, es una posibilidad...sin embargo algo sé con seguridad, sólo fue un sueño y nada más... Y como sueño ahí quedará, tal vez en algún lugar del inconsciente, donde la realidad jamás podrá llegar.


viernes, 25 de enero de 2013

Parte III Y ese día llegó...


    Esperaba en vano. Esperaba sin tiempo. Sin esperanzas. Y aún así nose porque esperaba. ¿Será que el ser humano alberga, aún conociendo la realidad, alguna recóndita esperanza de que algo va a cambiar?


    Mirar el alrededor y saber que hay otras alternativas, otros caminos y que se pueden andar sin su presencia, era lo más saludable, debería haber sido la decisión sostenida por el resto de la vida, sin embargo, no todo sale como "racionalmente" nos planteamos. Nose si hubiera podido, es una incógnita.


    Y si mi principio era el de la inmutabilidad, fuiste lo suficientemente astuto para averiguarlo, para aprenderlo, para estudiarlo, para sonsacarlo, para producir grietas, fue un trabajo de artesano... de a poco, con paciencia, con esmero, seguro del resultado...un trabajo de maravillas, y a la larga tal vez digno de ti.


    Y ese día llegó, yo no lo esperaba. Ni lo imaginaba. Pensar que estuve a punto muchas veces de cruzar esa línea que aún guardaba mi dignidad, que aún la cuidaba de las palabras enredadas de tu discurso, de tu presencia. 


   Y aparecieron. El perdón. El extrañar. El supuesto sentimiento de culpa. Aparecieron en tus palabras, incluidas en el discurso barato de alguien que vuelve sabiendo que puede conseguir lo que quiere si articula exactamente su oración, si usa las comas en los tiempos necesarios, y los puntos suspensivos para dar enigma e intriga a lo que vendrá. Sabes exactamente como jugar con el lenguaje a tu favor. Lo sabes. Lo haces. 


    Y sé que está en mi... ¿Abrir el espacio para un nuevo juego? ¿Qué estás dispuesto a apostar ahora? ¿tu dignidad? Sonrío fugazmente por esa idea. Sé que a eso no llegarás nunca,  tu orgullo no te lo permitirá, no sabrás que apostar porque no tienes nada para ello. Nada para apostar a nuestra relación.


    Sé que puedes agrietar mi principio de inmutabilidad, soy consciente de ello. Pero yo sé Arriesgar. Será una prueba para mí, veremos si puedo con ella. Abriré el espacio de juego, pero esta vez será mi espacio de juego. Y esto servirá para hacerme más fuerte. Las cartas fueron echadas una vez, y la suerte jugó de tu lado. Esto es la revancha. 



    Y ese día llegó. Llegó el momento de recomenzar. Recomenzar en un espacio diferente, en un tiempo disímil. 


    Y cuando pensé que lo había perdido todo, me di cuenta que en realidad había ganado bastante.


    
    

lunes, 21 de enero de 2013

Previsible... 

A veces me pregunto por qué quiero seguir siendo tan previsible para los demás... por qué no pulir esa parte de aventurera que tengo oculta y lanzarme hacia lo desconocido, cambiar los límites de lo seguro, dejar de moverme en mi eterna comodidad...

La previsibilidad, todo en mi vida parece ser así. ¿Acaso será por qué aún no estoy segura de mi misma? ¿de las herramientas con las que cuento para hacer frente a tormentas y tempestades de cambio? ¿es que acaso no terminé de romper ese cascarón que me protege pero me aísla de tantas cosas?


Abrir las alas parecen palabras tan metafóricas que se escapan como pájaros en el aire. Y el dilema nose si esta en abrir las alas sino en tenerlas y saber usarlas, y es ahí donde la realidad cala haciendo grietas en la autoestima del ser.

Y moverse en ese espacio de comodidad, de previsibilidad, resulta a veces incómodo para el que quiere descubrir más allá...¿más allá, dónde? ¿en lo peligroso? ¿en lo oscuro? ¿en donde no conoces a nadie ni nada? ¿dónde nada es seguro? ¿dónde tal vez tú ya no eres la misma?

Y el manantial de preguntas inunda mi cabeza, ya no como un bello paisaje, sino convirtiéndose en un tsunami arrasador si no puede controlarlo, mezcladas con emociones, miedos, dudas, decires de Otros...

Previsible entonces parece ser la opción más segura. La más adecuada. La ideal.


...Tal vez pronto sepa como aprender a nadar en el tsunami de interrogantes y lo previsible sea ya no tan seguro como para quedarme muy entusiasmada en él...

sábado, 19 de enero de 2013

Parte II: Y todo vuelve a recomenzar...

   Y así fue. Otra vez en mi vida, en mis días, en mis horas, en mis momentos. ¿Por qué? me preguntaron. Porque lo quise y lo quiero así, tuve ganas de gritar a los cuatro vientos. Porque me di cuenta que lo quiero en mi vida. Así, con su histeria, con su "no decir de manera explícita", con su confusiones. Así es que todo vuelve a recomenzar.
 
   Parece loco ¿no?...¿qué mujer aceptaría en su vida a una persona que no tiene los verdaderos pantalones para decirle lo que le pasa o lo que no? Bueno, para consuelo, muchas. Yo una de ellas.
   Dicen que hay diferentes clases de memorias, puedo certificarlo, y el borrarlo de todas ellas demandaría más tiempo que el acostumbrarse a estar con él pero sin él al mismo tiempo. ¿confuso? Bueno, hay confusiones que rozan el límite de la normalidad, otra vez la mágica palabra de la sociedad: Normalidad.

   Y pensar que en tiempos remotos de la humanidad todo era juzgado de acuerdo a la regla de la normalidad. Creo que mi ser hubiera padecido vivir en esa época. ¿Es acaso el amor normalidad? o ¿está más inclinando la balanza para el lado de la locura? Acelerar el ritmo cardíaco, sudar, emocionarse, hacer tonterías, esperar con la ansiedad a cuesta, dejarlo todo, luchar por todo, arriesgarlo...¿Normalidad? no veo mucho de normalidad en eso, tal vez hay cosas "esperables", nada más que "esperables".

   Y acá es donde todo vuelve a recomenzar. Pero está vez será diferente. Pondré mi corazón en estado inmutable. ¿Inmutable? bueno al menos ese es mi plan perfecto. La inmutabilidad. Inmutable, algo que no cambia. Excelente definición académica de la humanidad. Vamos a ver como el concepto se adapta a uno de las grandes locuras de la humanidad, al amor.

   Ser inmutable en el amor. No cambiar en el amor. Creo que confunde. ¿Acaso significa que el amor que siento no cambiará? Y eso sería un problema. No quiero que mi amor quede inmutable para él. Quiero que mi corazón sea el inmutable de no volver a cambiar para ilusionarse con la nada, para no tener un puñado de esperanzas que con el tiempo se marchitan de tanto apretar la mano para que no se escapen. Inmutable frente a su mirada, a sus ojos que llegan hasta los más recónditos lugares del ser, mirada que te arrasa pero te tranquiliza. Inmutable a sus palabras que se deslizan a tu interior y juegan tejiendo marañas de dulces confusiones en las que te dejas atrapar. Inmutable a su contacto, al roce de sus labios en la piel, primera barrera desecha en el contacto con el amor. Inmutable a sus gestos, sus deslices, sus movimientos. Inmutable a sus locuras, que tarde o temprano pasan a ser parte de las tuyas.

   Inmutabilidad. Eso es lo que deseo. Eso es que lo que quiero, necesito. Y si todo vuelve a recomenzar, esta vez será bajo el principio de Inmutabilidad.

 

INCERTIDUMBRES

Parte I: El nuevo comienzo

¿Y si lo misterioso existe? ¿Y si no hay coincidencias? Porque yo creo que las coincidencias no existen. Tampoco creo que exista la normalidad. Pero ese ya es otro tema ¿no?
¿Será verdad que detrás de cualquier angustia humana hay una razón de amor para ello? No lo sé. A veces son muchas preguntas para ser respondidas y el problema no es ese, el problema es que nose las respuestas y tampoco veo donde encontrarlas. ¿Filosofía? ¿Psicología? ¿Practicidad? Nose. Y a como veo el panorama creo que no voy a saber por mucho tiempo.
¿Me queda la sensación de no tener las cosas claras? Ufa…no es de gran ayuda esa frase.  A veces pienso que una existencia sin preguntas no sería una existencia que se esté viviendo, pero también me da temor tantas preguntas, porque obviamente me conecta con el limite humano, el límite de no saberlo todo, de no saber si hacer esto o aquello, que decir, que no decir, en fin “el no saber” ja…causa más angustia a veces que el saberlo y tener que afrontarlo.
Y es aquí el clip de la cuestión. Saber si doy ese paso de agregarlo otra vez a mi vida, si es que alguna vez lo saque. El problema es que tome decisiones y nose si fueron mías “conscientemente” o si eran una copia de otra persona a la que estimo mucho. Y sé que el fondo no doy un paso sin la aprobación de la otra persona, y para qué si esa persona implica mucho afectivamente para mí. Creo que tengo un complejo de inferioridad permanente y crónico. Nose si lo definí bien, pero me pregunto porque a esta altura de mi vida todavía tengo que esperar la aprobación de las otras personas para las decisiones importantes de mi vida, siempre me moví de acuerdo a los intereses del resto. De mis padres primero. De mis amigas después. De mis jefes. De mis compañeros de trabajo. De mis amigas verdaderas. Del mundo.
A veces tengo las tremendas ganas de mandarlos a la mierda a todos y a sus intereses. ¿Está mal? Seguro que una parte mía diría sí, no puedes, no debes. Pero la otra nose. Igual me contengo. Creo que aprendí a decir las cosas de otras maneras. Al menos a ponerlas en palabras. Las palabras escritas salen mejor que las habladas.
Y es lo que ahora me sucede. Hace casi tres meses me enoje con la persona que había despertado lindos sentimientos en mí, me sentí no respetada con una acción de él, y en ese momento decidí cortar todo vínculo, obviamente con respeto. Aunque tuviera ganas de mandarlo a la mierda. La verdad es que a pesar de eliminarlo de mi vida, nunca lo hice. Pensaba en él, me preocupaba por él, recordaba lugares por él, y lo peor de todo es que no había sentido eso por otra persona, y ahí es donde siento que di más de la cuenta.
Creo que su histeria y mi estructura jamás se llevaron de acuerdo. Yo necesitaba respuestas a sus conductas, y de él jamás las tuve. ¿Cuál es el límite de la idiotez y del verdadero sentimiento? Digo si una toma una decisión, supuestamente rotunda, pero después casi tres meses más tarde decido revocarla ¿está mal? ¿La pendeja es una? ¿No te haces respetar? O es que la situación es intolerable y realmente necesitas que él te diga algo, nose, algo de lo que paso. A veces nose si pienso o siento. Como que las dos acciones no van mucho de la mano.

Y si escribir es una manera de sublimar. Pues viva la sublimación. La mayor parte de esto será locura en líneas, pero de alguna manera todo esto necesita salir de mi interior, tal vez leerlo, releerlo, reflexionarlo…sí que acaso la locura se reflexiona, pueda dar algunas luces de posibles respuestas. ¿No?
Y es aquí el dilema. ¿Qué estoy dispuesta a dar? ¿Y  hasta a donde? No puede ser la amistad igual a la de antes. Eso seguro que no. Tal vez perdono, o vuelvo en ciertas cosas. Pero no olvido.
Si mi decisión dependiera del azar o de la suerte, sería un no lo agregues. ¿pero qué tan maduro es eso?...